10 Consejos para conseguir una mudanza sin estrés

En algún momento de nuestras vidas, todos nos vemos obligados a tener que lidiar con una mudanza, ya sea porque nos independizamos, porque cambiamos de ciudad, porque tenemos hijos y el piso se nos queda pequeño… y es un proceso realmente estresante. Entre contratar a la empresa que nos lleve la mudanza, empaquetarlo todo, las prisas… podemos acabar con un buen dolor de estómago y con los nervios de punta, así que aquí te vamos a dejar 10 consejos para hacer tu mudanza sin estrés, y ayudarte un poquito a que no llegues al límite de tu paciencia.

1. Paciencia, calma y actitud positiva. No sirve de nada que te estreses antes de tiempo, así que intenta planificarlo todo con la antelación necesaria, para que no te pille el toro en el último momento. Sé positivo y tómate las cosas con calma, así afrontarás de mejor manera todos los contratiempos que se puedan ocasionar con la mudanza.

2. Decide qué es lo que te quieres llevar. Este es un buen momento para deshacerte de todo aquello que ya no usas (mejor dejar a Diógenes en tu antiguo domicilio), y tirarlo, regalarlo o incluso venderlo de segunda mano. Cuando sepas qué es lo que te vas a llevar, organízalo numerando las cajas según la habitación en la que vayan a ir los objetos que hay en su interior, para ahorrar tiempo al desempaquetarlos. Asegúrate también de explicarles a los operarios de la mudanza dónde quieres que coloquen los muebles, electrodomésticos y demás objetos voluminosos que no empaquetes (para ello, mide bien los espacios de tu nueva casa antes de decidir qué colocas y dónde).

3. Asegúrate de que las cajas de cartón van a aguantar bien el peso de su contenido. A veces puede pasar que intentemos ahorrarnos algo de dinero al coger cajas más sencillas o de un cartón más fino, o que las llenemos más de la cuenta por utilizar menos cajas, y después puede salirnos caro. Imagínate moviendo la caja a algún sitio, o que el personal que hayas contratado esté subiéndola por las escaleras, y que de repente se rompa la base. No sólo tendrás que recoger todo lo que se haya desperdigado escaleras abajo, sino que algunas cosas pueden haberse roto, y todo por no escoger la caja adecuada o haberla cargado demasiado.

4. Reserva un par de cajas de cartón para otras cosas. La primera, para aquello que sea más necesario en los primeros momentos de residencia en la casa nueva, como por ejemplo toallas, sábanas o artículos de higiene. Piensa que no lo vas a desempaquetar todo en 5 minutos, así que te vendrá bien tener estas cosas a mano. También puedes usar alguna otra caja para guardar, con días de antelación, aquellos objetos que consideres muy personales y que no quieres que vea nadie que te esté ayudando con la mudanza.

5. Protege los objetos delicados. Además de una buena caja de cartón, también pueden serte útiles algunos materiales de embalaje que ayuden a proteger los objetos delicados de posibles roturas o arañazos durante la mudanza. Utiliza plástico de burbujas, fundas de plástico, bolsas de plástico con aire para rellenar huecos… También puedes contratar algún seguro por si aun así algo resultara dañado, y hacer fotos de todo lo que te llevas. Si tienes que bloquear los cajones o puertas de algún mueble, nunca utilices cinta adhesiva, porque puede hacer que se desprenda parte del barniz al quitarla.

6. Los objetos de valor. Joyas, obras de arte, documentos u otros objetos que te dé reparo confiar a la empresa de mudanzas, puedes enviártelos por correo certificado, servicios especializados o llevártelos tú mismo otro día.

7. Una vez tengas todas tus pertenencias empaquetadas. Haz una lista a modo de inventario con las cajas que te llevas, muebles y demás, para asegurarte de que no te dejas nada.

8. Deja que la empresa de mudanzas haga su trabajo. Tranquilo, esto no quiere decir que te mantengas ajeno a ella, al contrario, debes estar cercano para poder resolver las posibles dudas que tengan los operarios, pero intenta vigilarlos sin estar en medio, para que la mudanza se pueda realizar sin problemas y en el menor tiempo posible. Si tienes niños, quizás sea mejor dejarlos a cargo de algún familiar o amigo, ya que así no molestarán en la mudanza, y no pasarán un largo rato aburridos.

9. Desembala las cosas con cuidado. Si la empresa que has contratado para la mudanza no se encargará sólo del transporte, sino que también te hará el desembalaje, asegúrate de explicarles bien en qué lugar quieres que dejen cada cosa. Puedes ayudarte haciendo fotos en tu antigua casa, si quieres mantener la distribución de los objetos, o dibujando algún esquema que les facilite el trabajo. Si vas a desembalar tú mismo todas las cajas de la mudanza, hazlo con cuidado para no perder nada, y guarda siempre los objetos pequeños en bolsas que ayuden a identificarlos, como por ejemplo tornillos o tuercas.

10. Ahora no tengas prisa. ¡Calma, lo más difícil ya está hecho! Estás en tu nueva casa, tienes todas tus cosas contigo, el ajetreo ya ha pasado, y ahora sólo queda disfrutar de tu nuevo hogar. No te preocupes por si tienes cajas por la casa durante semanas, es lo más normal del mundo, siempre nos van quedando cosas que colocar, y no las tendrás colocadas en dos días, pero pronto estarán todas en su sitio.

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