Interpretar las etiquetas adhesivas de los embalajes y envases

Interpretar las etiquetas adhesivas de los embalajes y envasesEl 64% de los españoles no sabemos interpretar el contenido de las etiquetas adhesivas de los embalajes y envases según se desprende de un estudio realizado por la empresa Unilever y publicado en el siguiente artículo de hace unos días. Apañados vamos.

Un sinfín de siglas

La verdad es que para saber qué dicen las etiquetas no nos vale con nuestra mera intuición, sino que se hace necesario hacer un pequeño estudio o que alguien nos lo explique. Y es que los requisitos implantados por las leyes sanitarias obligan a los fabricantes a incluir toda una serie de datos para identificar el producto y su trayectoria; como el espacio es tan limitado, deben ponerlos en abreviaturas y siglas, de tal modo que al consumidor de calle le resulta casi incomprensible.

Más aún si se trata de productos biológicos, como trata el artículo citado. Solo los consumidores más interesados y, por ello, informados, saben qué significa “E-621” o grasa vegetal hidrogenada”.

¿A más información, más conocimiento?

Dicen que estamos saturados de información (que no de formación; las distinciones son importantes). En un mundo cada vez más globalizado, nos llega todo; y las empresas, en este caso las alimentarias, en su empeño de vender más, se esfuerzan en hacernos llegar a través de sus anuncios las bondades alimentarias de sus productos.

Pero, ¿Realmente sabemos más que hace unos años de los componentes de los que comemos o consumimos? En productos frescos, sobre todo si proceden de un mercado de abastos, quizás no, porque no siempre es posible colocarlas. Sin embargo, un golpe de vista experto, como el de las amas de casa o el de los cocineros de los restaurantes, siempre detecta la calidad del pescado o de la carne.

En los demás, parece que no. No sabemos si se trata, como decíamos antes, de saturación o de desgana, y por esto, los consumidores no siempre conocen sus derechos ni obligan a respetarlos. Es importante saber qué dice cada etiqueta de lo que adquirimos, ya sea una bandeja de marisco, un pantalón o una televisión; nos conviene reflexionar los mensajes que se incluyen en el etiquetado para saber elegir bien. Esto nos convierte en consumidores más inteligentes, que saben comprar y que saben exigir calidad.

¿A más información, más conocimiento?

Muchas veces las marcas, más aún en rebajas, nos tientan con ofertas que no nos interesan, olvidándonos de lo más importante: la calidad y la conveniencia. Solo con una actitud informada, seremos capaces de rechazar los productos que no indiquen claramente en su etiqueta la información según la legislación vigente o que estén falseadas. No sería la primera vez que por la presión de una asociación de consumidores una empresa haya tenido que retirar un producto del mercado.

Dos pequeñas ayudas

Y si a estas alturas, nos hemos convencido de saber más sobre el etiquetado, aconsejamos esta guía en formato pdf en el que lo explica todo. Dedicar un tiempo a leerlo nos ayudará a seleccionar mejor los alimentos, con el fin de mejorar nuestra dieta y a prevenir enfermedades relacionadas con la alimentación.

 Creemos que serán muy aclaradores apartados como:

  • Leer la etiqueta ¿para qué?
  • ¿Qué información es obligatoria?
  • ¿Qué nos dice la información nutricional?

Para acabar, la Agencia Española de Consumo, Seguridad y Alimentación publica periódicamente noticias sobre el tema. Además, informa en un apartado llamado "alertas", sobre productos con defectos de fabricación; especialmente necesarias en productos procedentes de economías emergentes, en los que aún no hay mucha rigidez respecto a las leyes de fabricación.

Una sociedad en progreso es aquella que respeta y defiende cada vez más el bien común; por ello, la información siempre debe estar del parte del consumidor, que es quien paga. Y si en las etiquetas se ofrece información adicional, que ayude a mejorar el estilo de vida, mejor todavía.

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