Las bolsas de plástico son algo que, desde los años setenta, forman parte de nuestro día a día y las hacemos servir para cualquier cosa, casi a diario. Cuando se inventaron las bolsas de plástico, tuvieron una gran acogida entre la población, sobre todo para transportar mercancías, para hacer la compra en los supermercados, o para llevar cualquier objeto que tuviera que llevarse a peso.
Supuso, sin lugar a duda, un práctico y útil invento que facilitó sobremanera la vida de las personas, en especial de aquellos que acudían a realizar compras. Al principio eran gratuitas, aunque con las últimas leyes aprobadas se han empezado a comercializar simbólicamente por pequeñas cantidades de dinero para fomentar así la reutilización de estas y evitar la contaminación. Aunque hoy en día se han conseguido hacer bolsas de plástico recicladas, lo que supone una gran ventaja para el medio ambiente. Poco a poco, como con todo, fueron evolucionando y utilizándose para otros usos para los que no se habían creado, como para depositar basura, bolsas de congelación, bolsas de decoración o para regalo, e incluso para empaquetar líquidos.
El uso de las bolsas de plástico lo tenemos tan asumido que no nos damos cuenta de la practicidad que tienen y de todos los usos que podemos darles. No sólo nos sirve para transportar nuestras compras, sino para embalar, envasar o proteger objetos.
¿De qué están hechas?
Los materiales para su fabricación son, principalmente, tres; el polietileno (PE), el policloruro de vinilideno (PVCD) y el policloruro de vinilo (PVC). Las resinas de plástico son derivados del petróleo y en su fabricación se pueden agregar plastificantes, colorantes o compuestos de anti-condensación.
Las bolsas de plástico las encontramos en diferentes formatos y es algo tan sencillo, efectivo y económico que los comercios lo usan diariamente para envasar cualquier tipo de producto.
¿Qué tipos hay?
En la actualidad existen muchísimos tipos de bolsas de plástico. Las de polietileno o las de polipropileno, es decir, las bolsas de plástico de uso diario o las bolsas de plástico para embalaje o envasado de diversos productos. Como hemos comentado anteriormente, también las hay ya recicladas y estas últimas se están convirtiendo en las más usadas.
Los tipos de bolsas de plástico que sirven como envasado o embalaje están hechas de polietileno, que se obtiene gracias a la polimerización del etileno, un derivado del petróleo, por lo que el resultado final es sólido e incoloro, muy resistente a golpes y a diversas situaciones térmicas. Además, son muy ligeras en cuanto a peso, tienen una gran rigidez y transparencia, son flexibles y son impermeables.
Existen en el mercado una gran diversidad de formas, tamaños, texturas y colores e incluso pueden personalizarse con el logo o nombre de la empresa o el mensaje que se quiera dar.
En cuanto a su uso para embalaje o precintado podemos encontrarlas en material opaco, antiestático y de burbujas.
No hay que olvidar que las bolsas de plástico son completamente reciclables y para ello es primordial que se depositen siempre en el contenedor apropiado cuando ya no nos den el uso para el que las necesitábamos.