Los que pasamos los 40 recordamos cómo era posible pasar una tarde entera en la calle, sin TV, videoconsola, ordenador o PlayStation; solo necesitábamos amigos, un poco de acera y algún material (elástico, cuerda, piedras, canicas, cajas de cartón); lo demás era cuestión de nuestra imaginación.
Ahora nuestros hijos, especialmente los que viven en una gran ciudad, ni se imaginan que sea tan fácil divertirse con tan pocas cosas. Quizás haya fallado en algo la educación de generación en generación, porque parece que estar enganchado a una máquina (aunque sea el móvil), es algo usual y necesario.
Juguetes con cajas de cartón, es posible
Mucho se escribe sobre la defensa de los niños; hay celebraciones y fiestas como el día del niño o la Navidad, donde los fabricantes lanzan sus mejores campañas de ventas de juguetes. Afortunadamente, también se trabaja sobre la educación, que muchas veces se olvida tratándose de los derechos de los niños (¡qué paradoja!, ¿verdad?).
Pero vayamos a lo nuestro. Es posible para ellos jugar, inventar, imaginar y, sobre todo, divertirse, incluso con trozos o piezas, pues no solo desarrollan su imaginación, también incentivan el desarrollo lúdico y social de los chicos.
¿Y si son piezas sustentables, es decir, respetuosas con el medio ambiente? Pues mucho mejor, porque de paso, se les educa en valores sociales. Cajas de cartón reciclado, papel, tela y madera son materiales que, además, pueden ser perfectamente utilizados en la fabricación de juguetes, como alternativa al plástico, y mucho más ecológicos.
No hacen falta pilas, ni cables, ni cargadores para despertar los sentidos y poner en juego la creatividad de los niños. De hecho, los premios que se organizan cada año en varios países intentan fomentar todos estos valores. Así, los de Ibertoy, cuyos nominados se pueden ver en el enlace: Mölkky, un juego de puntería de origen finlandés, que se juega en el exterior con piezas de madera cilíndricas (una versión moderna del juego de bolos tradicional); SURA, elaborado a partir de corcho natural de la corteza de alcornoque, para jugar a pescar peces; UNIT un juego hecho con piezas de cartón microcanal, que permite crear torres, murallas, edificios…hasta maquetas de edificios singulares, de todo tipo de proyectos…).
La clave está en pensar
Lo más fácil es fabricar-vender-comprar juguetes en serie y de plástico. Pero, si realmente nos interesa que los niños sean los pensadores de la sociedad futura, habrá que ir olvidando la comodidad que suponen este tipo de juguetes baratos de usar y tirar y buscar otros más interesantes.
Una propuesta arriesgada, pero no por ello menos sugestiva es la de Un mundo de bambú. Se trata de instrumentos en bambú, como flauta, tambor triple o xilofón. Según explica Angel Sampedro del Río, el realizador, que utiliza 10 especies distintas de plantas del Delta del Paraná, Misiones y Salta, el bambú „es absolutamente sustentable. El crecimiento es mucho más rápido que el de cualquier madera, con cuidados mínimos y sin impacto sobre el medio ambiente“.
Otra, también muy interesante, es la de La Dibujería, una firma que investigó todas las posibilidades de un material lavable para diseñar la línea de libros, mochilas y muñecos para ser pintados una y mil veces. „Estar en un tiempo que respeta el reloj interior, sin una luz parpadeante que opaca la mirada y se guía por la exterioridad“, apuntan sus creadoras Mariana Meller y Nurit Finkelstein.
Destacable, por haber escogido el cartón como material principal, es la de Juguetes de cartón, que fabrica y vende todo tipo de juguetes, incluyendo, además, marcas como Dora la exploradora, Pepa Pig o Princesas Dysney.
Finalmente, queremos señalar la propuesta de Kinuma, cuyo lema jugar, crear y soñar, podría resumir todo lo que hemos querido decir en este artículo. Tanto es así, que en su entrada, describe esa imaginación que añoramos los de más de 40:
¿Quién no ha jugado con una caja de cartón? Escondernos dentro, convertirla en nuestro baúl de los secretos, transformarla en un castillo o en un barco o en un tren… las cajas, precisamente por su simpleza, son muy versátiles y ofrecen todas las posibilidades del mundo. Hay juegos y juguetes que le dan una vuelta al asunto y llevan más allá la versatilidad del cartón: desde grandes construcciones a pequeños elementos, todos ellos de calidad y listos para decorar y personalizar. Además nos aportan muchas ideas para reciclar los embalajes que nos encontramos en nuestro día a día, por lo que podremos darle una segunda vida antes de acabar en el contenedor de reciclaje. ¡Oh! ¡Mira qué casa de cartón más total me he hecho!
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