Las tijeras son una herramienta que, en todas las casas y oficinas del mundo, están presentes. Su uso es tan común y habitual, que las encontramos a precios realmente accesibles en cualquier lugar. Aunque las más comunes sean las de oficina, existen muchos otros tipos entre los que poder escoger según el tipo de material que se necesite cortar.
En este post vamos a explicar todo lo relacionado con las tijeras, porque un poco de historia sobre los elementos que nos facilitan el día a día, nunca viene mal. Así que ¡adelante! Sigue leyendo y descubre todo lo que no conocías sobre las tijeras.
Historia de las tijeras
Las tijeras son una herramienta realmente antigua. Por los hallazgos arqueológicos que se han ido sucediendo, se puede confirmar que ya se utilizaban durante la edad de bronce. En aquella época, tenían forma de “C” y sus propietarios las usaban para cortar cabello y las pieles de los animales que cazaban.
Los griegos y los romanos, aunque conservaron la misma forma, idearon unas tijeras más prácticas y útiles, lo que les permitía cortar cabello, esquilar a los animales, podar árboles, cortar pieles y tejidos… Durante estas épocas, el material del que estaban hechas era de bronce o de hierro y hasta pudieron llegar a considerarse como objetos de gran valor, ya que se han llegado a encontrar tijeras en ajuares funerarios de tumbas griegas y romanas. No fue hasta la Edad Media, durante el siglo XIV, cuando se les dio otra forma a las tijeras y empezaron a parecerse a las que conocemos en la actualidad.
Hay referencias históricas que hablan de estas herramientas fabricadas en oro y piedras preciosas, y en el año 1498 se encuentra la primera referencia a las tijeras de acero. A diferencia de hoy en día, antes no se utilizaban para uso doméstico, sino que más bien eran piezas suntuarias, consideradas casi joyas lujosas, que formaban parte de los tocadores de las mujeres más pudientes.
De los siglos XVI al XVII, en Europa se pusieron de moda las tijeras españolas, que tenían pasador y dos cuchillas muy largas. No fue hasta finales del siglo XVII cuando se generalizó el uso de esta herramienta y dejó de ser un bien precioso y singular, para convertirse en elementos accesibles a toda la sociedad, fabricándose en acero. Fue entonces cuando en la ciudad inglesa de Sheffield se empezó a transformar, de nuevo, y su mecanización se simplificó notablemente, convirtiéndose en algo más parecido a las que tenemos en la actualidad.
Tipos de tijeras
Como no podía ser de otro modo, una herramienta tan antigua y útil ha evolucionado para dar solución a muchos usos diferentes.
A continuación, vamos a explicar algunos de los tipos más conocidos de tijeras que existen:
De aseo personal y peluquería: destinadas a la higiene y la belleza personal. Manicura, pedicura, para perfilar barbas, cortar cabellos de diferentes formas…
Jardinería: tijeras de poda. Se utilizan para podar árboles, plantas…
De costura: para llevar a cabo cualquier tipo de labor, usada por modistas y sastres.
Quirúrgicas: este tipo están muy trabajadas y responden a necesidades específicas. Son de acero inoxidable, suelen estar esterilizadas… su uso es casi exclusivo para todo el ámbito médico, ya sea enfermería como cualquier tipo de operación.
De cocina: este tipo de tijeras suelen ser, también, especiales. Más grandes, afiladas y resistentes para poder cortar con agilidad.
De embalaje u oficina: dentro de este tipo encontramos una gran variedad. La típica tijera que hay en cualquier oficina o casa, la que se utiliza para poder llevar a cabo diferentes tipos de manualidades, las que sirven para cortar diferentes tipos de cartón…