Las mascarilla de protección respiratoria

MascarillaHay muchos trabajos que precisan elementos de seguridad para poder desempeñar sus funciones y, dependiendo de los elementos a los que se esté expuesto, se deberá escoger aquel que proporcione una protección idónea.

En el post de hoy vamos a hablar de las mascarillas de protección respiratoria puesto que, si se está expuesto a polvos, humos, aerosoles u otros elementos que puedan resultar dañinos para las vías respiratorias, serán un requisito fundamental en el uniforme de trabajo de los empleados.

¿Cuándo usar una mascarilla de protección respiratoria?

Como hemos dicho, las mascarillas protegen de diferentes tipos de elementos que pueden resultar dañinos para la salud de las personas, por ello, en las situaciones en la que se trabaje en contacto directo con ellos, es necesario protegerse adecuadamente.

La empresa deberá estudiar detalladamente cuál es el tipo idóneo de mascarilla para proteger a los empleados que estén expuestos y, también, deberá darles la formación necesaria para saber cuándo utilizarla, cómo ajustarla y cuidarla.

Mascarilla

¿Cómo son?

Las mascarillas de protección respiratoria son aquellas que cubren la parte inferior de la cara, es decir, la nariz y la boca, y llevan incorporadas adaptadores y filtros para regular la eficacia y, a la vez, la comodidad.

Existen dos tipos diferentes: con válvula o sin válvula. Las que llevan válvula proporcionan un ajuste a la cara muy efectivo y ayudan a reducir la resistencia a la inhalación y, por otro lado, las que no llevan válvula, son mucho más ligeras y proporcionan una respiración mucho más cómoda.

Están compuestas por diferentes materiales de filtración y son obligatorias en los lugares donde se supere la concentración máxima de trabajo (MAK).

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Clasificaciones según su filtraje.

La elección de la mascarilla que se va a utilizar, es un aspecto muy importante en la protección del empleado. Es por ello que hay que dedicar el tiempo necesario para escoger la que más convenga a las necesidades de cada caso en concreto y, para ello, se puede seguir la clasificación específica de las mascarillas filtrantes o en inglés “filtering facepiece”, lo que da la abreviatura de la clasificación: FFP.

Los tres tipos de clasificación que existen para las mascarillas de protección son FFP1, FFP2 y FFP3.

  • FFP1: diseñada para la protección de tipo atóxico y no fibrogénicos de polvo. La inhalación sin protección podría afectar a la salud del empleado e irritar las vías respiratorias. La exposición sería para un máximo del 25% de fuga de los elementos perjudiciales. Son las más utilizadas en la industria alimentaria y la construcción.

 

  • FFP2: este tipo protegen de los fluidos nocivos del polvo, humo y aerosoles y cualquier elemento que irrite el sistema respiratorio y que, a corto plazo, pueda provocar una reducción de la elasticidad del tejido pulmonar. La exposición se mantendrá segura hasta un máximo del 11% de fuga. Estas mascarillas son muy utilizadas por los trabajadores de la industria metalúrgica y la minería.

 

  • FFP3: las mascarillas protectoras que están calificadas dentro de este grupo, ofrecen protección frente a los venenos del polvo, el humo y los aerosoles, así como a los virus, bacterias, esporas de hongos y radiactividad, por ello son las más utilizadas en el sector sanitario o de investigación biológica, así como química. La exposición del empleado llevando este tipo de máscara será de, como máximo, el 5% de fuga.

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Imprescindible.

Una vez se ha determinado el tipo de mascarilla que debe utilizarse, es fundamental que el empleado sepa cómo colocársela y cómo llevar a cabo un óptimo cuidado de su mascarilla.

El ajuste a la cara es fundamental para que la mascarilla pueda llevar a cabo su función de forma correcta y cambiar los filtros siguiendo las indicaciones de los fabricantes serán puntos clave a tener en cuenta.

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