Datos recientes reafirman la tendencia hacia una mayor conciencia ecológica en la población y la implicación activa en la gestión de los residuos. Reciclar el plástico en España ha pasado a ser una motivación importante para el ciudadano, con una media de 13,1 kg de envases plásticos reciclados por persona durante el ejercicio 2020.
El uso de materiales altamente contaminantes en nuestra vida cotidiana genera un impacto que acaba volviendo en forma de contaminación y sobrecoste. La afectación a la salud del planeta, los ecosistemas y nuestra calidad de vida, hacen necesario un cambio de mentalidad por parte de todos los agentes implicados. Reciclar el plástico es solo una de las tres R de la economía circular que podemos abordar. Reducir su consumo o dar nueva vida a envases de este material, gracias a la creatividad, puede ser de gran ayuda para evitar su desperdicio en el medio.
Los 6 pasos de reciclar el plástico de una botella PET
El plástico ha sido sin duda el material en auge durante muchos años y todavía es ampliamente utilizado en nuestro consumo. Las empresas son conscientes de que hacen falta alternativas que dejen una huella mucho menos contaminante en el planeta. Potenciar el reciclaje y su reutilización es, de momento, un abordaje necesario. Veamos los principales pasos de su proceso de reciclado:
- El principio, el compromiso del consumidor al reciclar. Este gesto responsable es el primer paso en el proceso de reciclado. Precisa que el envase sea depositado en el contenedor adecuado, separado de los demás residuos como el cartón o el cristal.
- Las empresas como agentes recicladores. Los contenedores cargados se llevan a la planta de reciclaje donde los residuos son clasificados según el tipo de plástico. El más habitual es el PET. Máquinas detectoras los van separando según diferentes parámetros como el color o la densidad. De media, solamente se recicla el 65% del plástico recogido.
- Proceso de criba manual posterior al separado automático en cintas. Solo quedarán las botellas con sus etiquetas y tapones, que hayan pasado la selección manual.
- Triturado de botellas hasta conseguir la “escama”, el primer material en bruto del reciclado.
- Posterior lavado, centrifugado y secado de la “escama”. Se separan por flotación, tapones y etiquetas, del material en escama para seguir sus diferentes destinos de reutilización.
- La escama de PET, ya limpia y preparada, está lista para nuevos productos: fibra textil, envases de alimentación, etc.
Un proceso que ha mejorado la gestión de los residuos durante los últimos años, pero que resulta insuficiente en un mundo globalizado con un alto consumo de este material. Por ello es necesario desarrollar nuevas soluciones más ecológicas y sostenibles.
En ratioform apoyamos el embalaje ecológico
Cada vez más los consumidores valoran que las empresas mantengan una filosofía activa en la búsqueda de alternativas al plástico en sus productos y envíos. En ratioform apostamos desde hace muchos años por propuestas sostenibles, amables con el medio ambiente y perfectamente eficaces, como la gama de productos Terra. Para ello, las soluciones elegidas deben tener en cuenta algunos principios básicos:
- Fabricación con material sostenible para reducir el impacto medioambiental manteniendo su eficacia como embalaje protector.
- Diseños que resulten estéticos, personalizables y fáciles de manipular o reenviar, para una mejor experiencia de consumo.
- Reducción de la cantidad de material utilizado en los embalajes, y con ello, del posible residuo generado, a través de su optimización.
- Considerar siempre que los embalajes puedan ser reutilizables o reciclables para usos posteriores.
Como ya sabes, el equilibrio entre eficacia y sostenibilidad, viene siempre de la búsqueda de la eficiencia. Si tú también estás intentando mejorar tus procesos de embalaje, en ratioform podemos asesorarte cómo hacerlo de forma eficaz y con un coste más que interesante. ¡Consulta nuestra guía de consejos en materia de optimización y saldrás ganando!