Siempre que hablamos de sistemas de embalaje pensamos en papel de burbujas, cartón, cajas de cartón o de plástico… y pocas veces recordamos que algo que usamos cotidianamente desde hace mucho tiempo también nos sirve como sistema de embalaje o envasado: las bolsas de plástico.
Las bolsas de plástico las encontramos en diferentes formatos y es algo tan sencillo, efectivo y económico que los comercios lo usan diariamente para envasar cualquier tipo de producto, por ejemplo, el pan.
El uso de las bolsas de plástico lo tenemos tan asumido que no nos damos cuenta de la practicidad que tienen y de todos los usos que podemos darles. No sólo nos sirve para transportar nuestras compras, sino para embalar, envasar o proteger nuestras cosas. Desde, como hemos dicho, envasar el pan hasta para proteger muebles, electrodomésticos o cualquier otro objeto durante una mudanza.
¿Qué tipos de bolsas de plástico hay?
En la actualidad existen muchísimos tipos de bolsas de plástico. Las de polietileno o las de polipropileno, es decir, las bolsas de plástico de uso diario o las bolsas de plástico para embalaje o envasado de diversos productos. Éstos dos tipos son los más conocidos y los más usados.
Los tipos de bolsas de plástico que sirven como envasado o embalaje, presentan algunas diferencias respecto al resto. Están hechas de polietileno, que se obtiene gracias a la polimerización del etileno, un derivado del petróleo, por lo que el resultado final es sólido e incoloro, muy resistente a golpes y a diversas situaciones térmicas. Además, son muy ligeras en cuanto a peso, tienen una gran rigidez y transparencia, son tremendamente flexibles y son impermeables.
Existen en el mercado una gran diversidad de formas y tamaños pero las más usadas son las abiertas, para contener artículos sólidos o pulverulentos y las bolsas que llevan autocierre, que son realmente prácticas y nos evita tener que estar sellándolas cada vez que las usamos. Son completamente transparentes y se utiliza para conservar y envasar, incluso alimentos. Además también podemos usarlas para congelación puesto que aguanta bajas temperaturas sin sufrir daño alguno.
En cuanto a su uso para embalaje o precintado podemos encontrarlas en material opaco, antiestático y de burbujas. Dependiendo de la protección que necesitemos para nuestras cosas utilizaremos un tipo u otro. Incluso existe la posibilidad, si necesitamos usar muchas bolsas y queremos ahorrar algo de dinero, de poder usar un film tubular, que es exactamente los mismo que una bolsa, pero sin forma ni tamaño, y nos permite hacer las bolsas del tamaño que necesitemos adaptándolo al de lo que queramos proteger. O incluso estos mismos films pueden venir ya con las bolsas precortadas preparadas para poder separarlas con facilidad.
Son completamente reciclables, depositándolo siempre en el contenedor apropiado cuando ya no nos den el uso que queremos.
Y como no, como empresa siempre hemos de buscar un buen sistema para publicitarnos sin que nos cueste una fortuna, así que este tipo de material nos permite personalizarlo y grabar en él nuestro nombre o logo.
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